Martirio

Ay, madre, madre, que ni siquiera tú me consolaste,
Qué solo estoy en esta lucha cruenta,
Qué largo el tiempo y qué imposible se hace
Vivir con el recuerdo tan monstruoso
Del cuadro que ayer mismo contemplase.
Seres son como animales arrojados
Los que vi y sentí quejarse por doquier.
Seres son que enloquecen al más cuerdo
Y ella está allí, como uno más cualquiera.
No, no puedo ya más sufrir este martirio
Y lo que es peor, ya no me salen ruegos
Porque en Dios ya no creo y lo maldigo,
Si es que él existe, porque Dios no es bueno.
No es bueno quien pudiendo curar no cura
Y mata la esperanza que queda en el enfermo.
No es bueno como dicen en la Biblia,
Ni hay en él ni piedad ni sentimiento,
Y si existe es entonces sordo y ciego
Y a ese Dios sin piedad yo le reniego.

20 de Mayo de 1956