Letras y Cuentos de mi Sangre: diciembre 2009

domingo, 27 de diciembre de 2009

El parque grande



Cierra los ojos un instante y piensa.
Ubícate en el grande ventanal de tu estancia,
Enfrente el parque grande
¿Lo ves, lo recuerdas?
Cubierto de flores muestra su arrogancia.
Buenos Aires pasa, caminando, lenta,
Perfumes y flores, alegría y tristeza.
Es la primavera que recién comienza
Y que yo con pena la contemplo bella.
El parque se encuentra cubierto de flores,
Los pájaros pían formando sus nidos
Y yo estoy solo y enfermo de amores,
Mil veces reniego del destino mío.
Cierro yo los ojos un instante y pienso.
Alguien a mi lado recoge una flor.
Se ha puesto a mi vera, me da una sonrisa
Y luego me ofrece sus hermosos labios
Cargados de amor.

24 de Setiembre de 1956

viernes, 25 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

lunes, 21 de diciembre de 2009

Una y mil noches… un amor de ensueño

Probablemente no se tocan desde hace meses. No se hablan. Conviven por inercia, por parálisis, con sabor a sequía.

Quizá Inés se despierta una noche, sobresaltada. Miguel, a su lado, glacial, escucha a regañadientes los sollozos.

Podría decirse que Diana ha tenido una horrible pesadilla y entonces, entre lágrimas, catapulta sus recuerdos. Se interrumpe así un silencio de meses seculares y Santiago no podría dejar de escucharla.

El sueño ha sido, seguramente, atroz. Laura, cubierta por un llanto que transforma en atrayente su obstinada fealdad, debe contar: “Eran tres hombres. Me perseguían en una callecita oscura. Yo corría desesperada y empezaba a perder mis ropas”. Alberto indudablemente trata de consolarla, con éxito raleado.

“Tres hombres”, gime Alicia. “Tres hombres encapuchados y robustos”. En una de ésas, Osvaldo, con inusual ternura, espía de reojo la frágil espalda de su compañera.

“Era en la esquina abandonada de Balcarce y Garay. Reconocí los escombros”, grita Ana. “No tenía escapatoria”.
“¡¡¡¿Balcarce y Garay?!!!”, estalla casi infaliblemente Adolfo. “Cuando me despertaste, yo estaba soñando justo con esa esquina maldita, siniestra. Vos corrías como una loca, huyendo de unos desalmados, casi desnuda. Por suerte llegaba yo y te salvaba”.

Susana, entonces, respira aliviada. Se adormece mientras Marco vela su marino abandono.

Carlos y María ya no se separan. A pesar de la orgullosa frialdad que mantienen de día, posiblemente por las noches continúan soñando un capítulo cada uno, completando así una historia de amor como pocas.

S.S. (Adaptación)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Corazón herido



Todo aquello pasó
Y ya no queda
Más que en mi mente
Un sueño confundido.
Pudo ser de otra forma,
Para que en noble pecho,
No latiera por siempre
Un corazón herido.

25 de Mayo de 1955

jueves, 10 de diciembre de 2009

Cuánto tardas


Cuánto tardas, amada,
En llegar a mi lado.
Prométeme que nunca
Volverás a partir
Y que siempre, por siempre
Estarás a mi lado,
Pues, mi vida querida,
Sin ti no sé vivir.

14 de Octubre de 1954

jueves, 3 de diciembre de 2009


Tú me diste un día, cuando vine,
Tu ternura, tu amor y tu esperanza.
Yo te he dado mi alma pero enferma
Y tú debes, mujer, abandonarla.
Si alguna vez me encontraras dormido
Y ese sueño las manos me hubiera enfriado,
No me despiertes, trata de no hacer ruido,
Que ese sueño lo había yo deseado.

10 de Febrero de 1954