Letras y Cuentos de mi Sangre: febrero 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

Vejez


Llegará un día en que mis piernas tambaleen.
Entre mis ojos y la copa de los árboles
contra el azul del cielo,
se extenderá la niebla.
Mis oídos serán obtusos a la voz de los demás
y no reconoceré el olor de los jazmines.
Mi mano no podrá tomar el lápiz,
las palabras tan amadas se irán a otra parte.
Ese día tal vez olvide el nombre de las cosas
y las calles se me harán laberinto.
Será esquivo el contacto de los otros
y recóndito el lugar en que me encuentre.
Cuando ese día llegue, preservaré de la catástrofe
la memoria de lo vivido,
las montañas que trepé y los caminos que anduve,
el Cerro de los Siete Colores
y los libros de Julio Verne,
el susurro de mi amor, el ladrido de mi perro,
y el Magnificat de Bach,
los cuentos de mi padre,
el aroma de los tilos de la Av. Montes de Oca
y el del bizcochuelo que hacía mamá.
Señalaré los objetos queridos,
redescubriendo el mundo a la distancia.
Si me pierdo, sabré que alguien vendrá a buscarme.
Abrazaré y besaré a lo loco,
y me asomaré del escondite de mi alma apenas me llamen.
Cuando llegue ese día, como ahora,
preferiré el agradecimiento al rencor,
y me declararé devota de la vida,
y no su víctima.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Si alguna vez



Si alguna vez tú me llamas
Para que yo esté a tu lado
Y en cambio yo de acercarme,
Ves que me alejo de ti,
No pienses que no hay cariño
En mi pecho acumulado,
Y sí piensa que en la vida
Quiere uno a veces morir.
Cuando pueda contagiarte
De mi espíritu alegría,
He de llegar a tu lado
Para así verte feliz.
Pero cuando yo no tenga más
Que una carga de pena
He de correr a esconderme
Para no hacerte sufrir.

10 de Agosto de 1956