Letras y Cuentos de mi Sangre: julio 2010

viernes, 9 de julio de 2010

Volar

(Humilde homenaje a Peter Pan)



"Vayamos a volar", me dijo el niño
Y lo dijo con tal convencimiento
Que, cuando comenzaba a contestarle,
Abrió sus brazos y se perdió en el viento.

"¡Vayamos a volar!" gritó de nuevo,
Pero ahora arriba de una loma .
Yo intenté disuadirlo de la idea
Y otra vez escapó con mil palomas.

"Vayamos a volar, no tengas miedo"
Volvió a repetir casi impaciente.
Le respondí: "Dejáselo a las aves...
...nosotros no volamos, somos gente".

Sentí su carcajada de lo alto.
Se burlaba de mí desde una nube,
Hizo cuatro piruetas en el aire
y me dijo "no tengas miedo, sube".

¡Miren si estaba yo para piruetas!
Soy un hombre maduro e importante.
Murmuré entre dientes: "vuela solo"
Y por tierra seguí para adelante.

Cuando estaba llegando a mi oficina,
Entre el humo de tantos colectivos
Vi aparecer al niño que decía
"¿No quieres ser feliz? Vuela conmigo".

La gente miraba sorprendida,
Pensarían "es loco este mocoso",
Pero ninguno de ellos comprendía
Que volar es el sueño más hermoso.

Tiré el portafolios y la corbata,
Dejé los zapatos en el suelo
Y junté todo el valor que me quedaba.
En apenas dos saltos llegué al cielo.

Y miré las ciudades desde arriba
Y sentí que la piel se me bronceaba,
La brisa me soplaba en las mejillas...
Era un hombre, lo sé, pero volaba.

Cuando ya disfrutaba hasta el extremo,
El niño apareció a mi lado
Y me dijo que vuelva, que era tarde,
El recreo se había terminado.

Era cierto; los míos me esperaban,
Pero les juro que fue más trabajo
Que el echarme a volar al infinito,
Tomar valor para volver abajo.

Pero regresé igual; pese a todo
Está mi vida aquí en tierra firme.
Lo bueno fue aprender que siendo niños
Ni soñar ni volar es imposible.

¡Hombres tristes y serios e importantes
Escuchen a ese niño que los llama
Para dejar el piso por un rato
Y volar a lo alto de una rama!

Ese niño es el niño que ayer fuimos
Que nos invita a continuar soñando
Y a no perder jamás esa pureza
Que se nos duerme de tanto ir caminando.

Mírenme a mí si no, como he cambiado.
He perdido el temor y el egoísmo,
No pregunten por qué, queridos míos,
¡Ya sé volar, no puedo ser el mismo!

C.A.