
Cuando junto a mí, amor, te estoy soñando,
Cuando en el cielo celeste se refleja la palidez de la luna
Iluminando el camino feliz para el poeta,
Que en el silencio de la noche te está amando.
Tú me llamas y entonces me despiertas.
Tú me llamas y entonces sufro tanto…
¡Qué distancia, amor, que nos separa!
Y qué corta es en mi sueño esa distancia.
Y sufro en mi soledad esa condena,
Mas sufro también, amor, si no me llamas.
Y si estás sufro, amor, porque estás cerca.
Y si no estás sufro, amor, porque me faltas.
18 de octubre de 1954
No hay comentarios:
Publicar un comentario