
Oh, Luna, que con tus rayos quiebras
de la noche su oscuridad inmensa.
Tú que cubres de plata los caminos
Y en el agua orgullosa te reflejas,
Ilumina en el pecho a aquel que sufre,
Que su pena resulte menos negra.
Eterna viajera infatigable,
Que envías rayos de nácar a la tierra,
Que éstos sean de paz para los hombres
Y con signos de amor suplan sus penas,
Y que lleguen al alma y se reflejen
Evitando en el alma los tormentos.
de la noche su oscuridad inmensa.
Tú que cubres de plata los caminos
Y en el agua orgullosa te reflejas,
Ilumina en el pecho a aquel que sufre,
Que su pena resulte menos negra.
Eterna viajera infatigable,
Que envías rayos de nácar a la tierra,
Que éstos sean de paz para los hombres
Y con signos de amor suplan sus penas,
Y que lleguen al alma y se reflejen
Evitando en el alma los tormentos.
3 de mayo de 1950
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