El sol bañó de plata los objetos comunes
Y los rayos de nácar que vertía la luna

Los noté perfumados con jazmines y azahares.
Es que vi en el día que precedió a esta luna
La mujer que inspirara mis más bellos cantares.
Oh, mezcla bendita de mujer y de virgen,
Por qué Dios te cruzara en el camino mío,
Si la cruz que yo cargo me resulta pesada,
Podré seguir ahora que te vi y que te has ido.
Dios, tú que marcas del hombre su camino,
De hinojos yo te pido, déjala estar conmigo,
Déjala que me alivie en mis pesares,
Déjala que a su lado siento alivio,
Déjala que yo pueda contemplarla,
Déjala, por favor, te lo suplico.
7 de Agosto de 1956
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