
Tú me diste un día, cuando vine,
Tu ternura, tu amor y tu esperanza.
Yo te he dado mi alma pero enferma
Y tú debes, mujer, abandonarla.
Si alguna vez me encontraras dormido
Y ese sueño las manos me hubiera enfriado,
No me despiertes, trata de no hacer ruido,
Que ese sueño lo había yo deseado.
Tu ternura, tu amor y tu esperanza.
Yo te he dado mi alma pero enferma
Y tú debes, mujer, abandonarla.
Si alguna vez me encontraras dormido
Y ese sueño las manos me hubiera enfriado,
No me despiertes, trata de no hacer ruido,
Que ese sueño lo había yo deseado.
10 de Febrero de 1954
No hay comentarios:
Publicar un comentario