
¿Algún día, Señor, has de acordarte
Del dolor terrenal que desparramas?
¿Algún día, Señor, has de apiadarte
De aquél que con dolor piedad te clama?
¿Algún día sabré que tú existes?
¿Es que habrá para mí un día de calma?
¿Algún día, Señor, has de apiadarte
De aquél que con dolor piedad te clama?
¿Algún día sabré que tú existes?
¿Es que habrá para mí un día de calma?
13 de Abril de 1955
No hay comentarios:
Publicar un comentario