
En el aire no se distinguen partes.
La lluvia es un pasadizo hacia la materia y sus infinitos bordes. En la nieve bailan, confundidas, la materia y su esencia.
Los copos dan volteretas, chocan entre sí como borrachos afables, se rozan cual adolescentes primerizos... y danzan. No alcanzo a ver si coquetean entre sí en este ballet cadencioso apenas cubierto con el tul de un silencio blanco.
Algunos quedan prendidos en los arboles... copos en las copas... como la huella delicadamente húmeda de un beso reciente.
Si sigo con mirada tenaz el vuelo frágil de un copo, en ese instante SOY ese fragmento de algodón que se desliza por un tobogán enguantado. Quiero ser parte de la fiesta pero, en cada intento de acercarme, me alejo un poco más.
La lluvia es un pasadizo hacia la materia y sus infinitos bordes. En la nieve bailan, confundidas, la materia y su esencia.
Los copos dan volteretas, chocan entre sí como borrachos afables, se rozan cual adolescentes primerizos... y danzan. No alcanzo a ver si coquetean entre sí en este ballet cadencioso apenas cubierto con el tul de un silencio blanco.
Algunos quedan prendidos en los arboles... copos en las copas... como la huella delicadamente húmeda de un beso reciente.
Si sigo con mirada tenaz el vuelo frágil de un copo, en ese instante SOY ese fragmento de algodón que se desliza por un tobogán enguantado. Quiero ser parte de la fiesta pero, en cada intento de acercarme, me alejo un poco más.